Corría el año 1929, en aquella época Paris era uno de los epicientros culturales del mundo, por sus hermosas calles se fraguaban las leyendas de iconos como Fitzgerald, Picasso, Proust, Hemingway, Matisse, Miró o Modigliani. Entre tanto nombre ilustre aparecieron dos jóvenes que con el paso del tiempo alcanzarían el apelativo de genios, el nombre de estos dos españoles no era otro que el de Luis Buñuel y Salvador Dali.
Los dos amigos y maestros decidieron colaborar en la realización de una película que dirigiría el propio Buñuel, una película de veinte minutos de duración que tenía como fuente de inspiración al movimiento surrealista que el intelectual Andre Breton había creado en Francia unos años atrás, dicho movimiento se basaba en el precepto de que la creación artística tenía que basarse en automatismos psicologicos, no en un proceso de reflexión y razón previa, es decir, que se produzca desde el subsconsciente y no desde la razón. Es importante señalar esto pues era intención de Buñuel y Dali que ninguno de los fragmentos de El perro andaluz fueron entendidos como algo simbólico, sino como algo puramente instintivo, en definitiva, que su idea era la de que las imágenes no encerraran mensaje alguno.
Una vez contextualizado el movimiento en el que nace el cortometraje, vamos a pasar a diseccionarlo, la cinta de veinte minutos de duración esta construida sobre unas imágenes de una sobrecogedora fuerza, belleza y dureza, que nos narran unos acontecimientos no relacionados entre si, acontecimientos que según sus autores están basados en buena parte en pasajes oníricos de ellos mismos. Es importante señalar la duración pues debido al tipo de película que es, se nos haría muy dificil aguantar una o dos horas con una narrativa tan vanguardista y complicada de procesar.
Supongo que algunos de ustedes se estarán preguntando el por qué trato de analizar una película que estaba hecha por sus creadores para que no fuera analizada, pues su fin inicial era que las imagines nos sobrecogieran y nada más. Trato de analizarlo por que el surrealismo es posiblemente uno de los movimientos artísticos en los que menos creo, pues por muy interesante que sea su idea inicial, creo que es imposible crear eliminando todo resquicio de cultura, educación y vivencias que uno tenga. De hecho el resto de la obra de Buñuel es profundamente realista y tiene un marcado carácter social. Esta incongruencia que yo veo se puede percibir en fragmentos como el que protagonizan los curas (Buñuel siempre ha tenido una obsesión por criticar con la iglesia y con su ideología) o el inicio en el que el propio director sale mirando a través de la ventana, que es una referencia a como Buñuel actuaba con su entorno.
Para mi estamos ante una obra maestra, con unas imágenes que casi noventa años después siguen teniendo una fuerza estremecedora y siguen generando una gran controversia en la sociedad, además de que es la mejor película surrealista jamás rodada y una de las obras cumbre de este movimiento, por eso solo me queda recomendarles que la vean, eso si, siendo conscientes de que es algo totalmente dispar a lo que todos (yo me incluyo) estamos acostumbrados a ver o leer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario