Buenas a todos, otro fin de semana de cine en el blog; y hoy os mostraré mi opinión sobre una clásico no demasiado conocido del cine. "Días de vino y rosas" es una película del gran Blake Edwards protagonizada por Jack Lemmon y Lee Remick que esta ambientada y dirigida en la década de los 60 en los Estados Unidos.
He de decir que estamos ante una película con un mensaje devastador pues se nos narra la historia de una pareja que vive en la próspera América de después de la guerra y que juntos inician una feliz vida que culmina con un bebé y una acomodada posición social; pero todo esto no es más que un castillo de naipes que se erige sobre un pilar, un pilar llamado Alcohol, y que a lo largo de la película nos irá mostrando una montaña rusa de emociones tan reales como devastadoras, que seguro que muchos de nosotros podremos encontrar en nuestro barrio.
Pero no podemos quedarnos en la corteza de la película, pues el mensaje principal, no es lo destructivo que puede llegar a ser el alcohol y como este está normalizado en nuestra sociedad, sino que la mayor reflexión que hace es como en los días de vino y rosas, los días de excesos, el ser humano se sume en un caos de conformidad y descontrol que en un futuro solo le llevará a la destrucción. Para ahondar en esta idea citaré una frase de la película "Los días de vino y rosas nunca fueron largos", y es que nunca nadie ha tenido tanta razón, para ahondar en la reflexión de esta idea me valdré de una serie de ejemplos históricos.
Durante los felices años 20, acaso el ser humano ¿no vivió en una época de abundancia desmesurada?, la respuesta es sí, y todos sabemos en qué desencadenaron esos días de vino y rosas; en la mayor crisis económica hasta la fecha y en el inició de los totalitarismo en Europa y Asia. Pero no hace falta irnos tan atrás en el tiempo, o ¿es que el inicio de este siglo no fue también una época de vino y rosas?, ¿acaso no estamos pagando ahora las consecuencias por haber creado un sistema económico puramente especulativo e hipertrofiado que permitió a mucha gente (cada uno en su medida) llevar un tren de vida muy superior al que estaban acostumbrados diez años antes?
Como conclusión a esta reflexión diré que por muy tentadores que puedan llegar a ser los días de vino y rosas, no podemos permitir que nos dominen, pues esto solo nos llevará a la debacle, tanto como sociedad como individuo, y aquí os lanzo una pregunta, ¿Aprenderá el ser humano de sus errores? o ¿de verdad parte de la sociedad está esperando que pase esta crisis para volver a los días de vino y rosas? A mí personalmente me gustaría creer que hemos aprendido de nuestros errores, pero por desgracia no tengo la certeza de que esto vaya a ser así.
Solo me queda daros las gracias a los que hayáis llegado hasta aquí, y espero que os haya parecido interesante, y por favor ved la película, que estoy seguro que os llevará a un proceso de reflexión tremendamente interesante; además, poder ver como Jack Lemmon interpretar de manera colosal tan magnifico guión es un privilegio impagable. Un saludo y viva el buen cine.
Pues la ví hace muuuuucho tiempo, y de lo que recuerdo es que me gustó y que descubrí a Jack Lemmon fuera de sus papeles cómicos (igual hace 20 años que la vi...). Voy a ponerla en la lista de pendientes para darle una revisión.
ResponderEliminarGracias por compartir cine compañero. Ya sabes que a mi me encanta.
Muchas gracias Gorblag, se agradece y mucho tu comentario, para mi Jack Lemmon junto con Wayne han sido dos actores muy infravalorados por el público, ya que la gente solo suele conocer sus registros más habituales, cuando en realidad eran dos titanes de la actuación.
EliminarUn saludo.